Mi nombre es Jonathan Crokker. Soy Contador Público de profesión, con especializaciones en finanzas y administración. Mi interés en conocer a las organizaciones desde otra perspectiva, me ha llevado a indagar en el desafiante mundo de la Comunicación, a través del Diploma de Especialización en Dirección de Comunicación.
Tengo una larga trayectoria en Republica AFISA, donde trabajo desde el año 2007, ocupando diversas posiciones. Actualmente ocupo el cargo de Gerente General.
Descubriendo el Propósito en las organizaciones
1.Las organizaciones
A lo largo de los años, he encontrado diversas definiciones sobre las empresas y las organizaciones. Sin embargo, la que considero más adecuada proviene de una profesional en gestión de personas, quien me inspiró a profundizar en los temas que se abordan en este texto.
Según esta definición, las organizaciones son “redes recurrentes de compromisos humanos que pasan por el lenguaje” (Fernando Flores). Este enfoque nos permite abordarlas no solo como estructuras físicas o jerarquías de autoridad, sino como el resultado de interacciones y acuerdos entre personas que se comunican y colaboran a través del lenguaje.
Para comprender mejor este concepto, podemos desglosarlo en tres elementos:
- Redes recurrentes: Las organizaciones están formadas por conexiones y relaciones entre individuos que interactúan regularmente. Estas conexiones pueden ser formales (como relaciones de empleo) o informales (como amistades en el lugar de trabajo).
- Compromisos humanos: La existencia de las organizaciones se fundamenta en los compromisos y acuerdos entre las personas que las integran. Estos compromisos pueden abarcar roles, responsabilidades, metas compartidas y normas de comportamiento.
- Que pasan por el lenguaje: El lenguaje desempeña un papel crucial en la existencia y el funcionamiento de las organizaciones. A través del lenguaje, las personas expresan sus compromisos, ideas, coordinan actividades y resuelven conflictos dentro de la organización.
Dado que las organizaciones son sistemas sociales complejos, es fundamental que los miembros trabajen de manera coordinada para lograr los objetivos.
2. El Propósito
El "Propósito" va más allá de simplemente obtener ganancias; se refiere a la razón fundamental de la existencia de una empresa. El desafío radica en que este propósito impregne a los colaboradores y guíe sus acciones diarias. Es esencial que vean sus tareas como contribuciones a un propósito común y generadoras de un impacto significativo en la comunidad.
La siguiente historia que escuche hace unos años ilustrará mejor este concepto:
Cuenta una fábula que un viajero llega a una ciudad donde se encuentra con un hombre que sudaba copiosamente mientras picaba una piedra.
El viajero preguntó al hombre qué estaba haciendo, a lo que éste respondió bastante malhumorado:
“¿Es que no lo ves? Estoy picando piedras, tengo mucho calor, mucha sed y me duele la espalda, así que mejor déjame en paz”.
El viajero continuó caminando y un poco más adelante vio a otro hombre que también estaba picando piedras, aunque con algo de mejor cara. Volvió a hacerle la misma pregunta y el segundo hombre respondió:
“Estoy trabajando para ganarme la vida, levantando una pared de piedra. Es duro, pero me pagan lo suficiente para vivir sin estrecheces”.
El viajero siguió su camino y se encontró con un tercer hombre que golpeaba vigorosamente una gran piedra con su pico. Le hizo la misma pregunta que a los dos anteriores. El hombre detuvo su trabajo, sonrió y respondió:
“Estoy construyendo una catedral”.
El desafío será que nuestros colaboradores encuentren significado y satisfacción al ver su trabajo como una contribución a algo más grande que nosotros mismos.
3. Un nuevo mundo
A menudo escuchamos que el mundo cambió con la pandemia, la cual marcó un antes y después en las relaciones humanas.
Tiendo a pensar que ese período de nuestras vidas soló aceleró o dejó al descubierto necesidades y preocupaciones que estaban ahí hace mucho y que en un proceso lento pero inexorable modifican la forma en que los colaboradores y las organizaciones se relacionan.
Sea un proceso lento o acelerado, lo cierto es que hoy en día nadie se cuestiona que la empresa exitosa será aquella que cuente con un propósito claro y que pueda exponer su impacto positivo en la comunidad.
Estos elementos, no solo son cruciales para atraer y retener talento, sino que también moldean la cultura y la supervivencia a largo plazo de una empresa.
Sin embargo, los datos muestran que muchas empresas aún tienen camino por recorrer en este aspecto.
Una primera conclusión a la que podemos arribar es que las personas buscan:
Impactar con sus acciones.
Sentirse parte de algo más grande.
Ser parte de organizaciones que generen valor a la comunidad.
4. Conectando a las personas con el Propósito
No existen fórmulas mágicas que garanticen colaboradores conectados con el propósito y productivos. Cada organización es única, con su propia historia, personas y cultura.
Como lideres, es importante que adaptemos las estrategias generales que nos acercan los expertos y los llevemos a la práctica, ajustando y reajustando en un proceso iterativo.
Si bien siempre habrá opiniones diversas, la mayoría de las personas buscan ser inspiradas, pero el proceso de comunicación es complejo y requiere persistencia y evaluación constante. Es fundamental adaptar el mensaje a las diferentes audiencias internas.
Mas que definir por escrito un propósito, es crucial que las personas vivan ese propósito en su día a día.
A continuación, comparto con ustedes las practicas que, como líder de una organización y en conjunto con el área de gestión de personas, hemos impulsado para conectar a las personas con un propósito común.
a. Los cimientos necesarios
Cuando los colaboradores interiorizan el propósito compartido, se establece un vínculo sólido que impulsa la productividad, la lealtad y el compromiso.
Es importante que antes de trabajar de forma concreta en el propósito, implementemos ciertas prácticas o “acuerdos” que serán los cimientos de la organización.
¿Cuáles son esos acuerdos?
Definición clara de objetivos organizacionales, sectoriales e individuales que sean consistentes (en el tiempo y con los demás sectores/áreas).
Desarrollar lideres que motiven, escuchen y comuniquen.
Eficiente delegación de decisiones y responsabilidades.
Concientizar que todos somos parte del proceso decisorio de la empresa (las decisiones no las toma “la Empresa”, las toman las personas).
Construir una cultura:
En la que se procure la excelencia en el trabajo.
Dinámica, proactiva y con trabajo en equipo.
Transparente (libre flujo de información y conocimiento).
Que considere el “error” como parte del proceso de aprendizaje.
En la que se fomente el diálogo y la conversación permanente para resolver problemas, proponer mejoras, etc.
Con un adecuado equilibrio entre trabajo y vida personal.
Con flexibilidad y responsabilidad.
Estos acuerdos son importantes porque definen un contrato “organizacional” entre la empresa y sus colaboradores donde cada uno sabe que esperar del otro.
Aquellas culturas que logran mejores resultados son las que tienen mayor compromiso individual, donde cada miembro de la organización toma responsabilidad sobre su rol y se compromete con generar soluciones para cada desafío.
Uno de los actores que más inciden en crear esta cultura son los propios gerentes. Ya sean que estos lo noten o no, están creando experiencias todos los días que ayudan a formar la cultura de la empresa.
b. Comunicar con sentido
Lejos quedó aquella época donde los planes y las estrategias de la empresa eran conocidas por 3 o 4 personas de la cúpula.
Si queremos compromiso con los objetivos, es necesario que todos en la organización conozcan el rumbo y los planes. La transparencia y un flujo de información constante genera compromiso y confianza.
Algunas prácticas que hemos implementado:
Reunión semestrales con todos los colaboradores para informar sobre la gestión y los planes futuros.
Reuniones trimestrales con los lideres para alinear la estrategia con los planes operativos.
Cada comunicación interna ya sea sobre actividades, novedades o cualquier tema se “linkea” con los valores organizacionales.
c. Involucrar a las personas en los proyectos de manera real
No todos los colaboradores tendrán un contacto directo con los clientes o podrán ver de primera mano el impacto de su trabajo. Es importante que la empresa adopte como práctica habitual la de generar instancias donde cada colaborador pueda tomar contacto con el resultado final de su trabajo.
Esto se puede hacer a través de una comunicación directa de la gerencia resaltando el impacto final de nuestro trabajo, pero lo que entiendo produce un mayor efecto es que los colaboradores participen en jornadas o actividades especiales donde vivan de primera mano su impacto.
5. Algunos comentarios finales
Para ilustrar la importancia de un propósito compartido, finalizo este texto con una segunda historia:
En los comienzos de la carrera espacial, John F. Kennedy hizo una visita a la NASA en Cabo Cañaveral.
Le presentaron a muchos grandes científicos e investigadores, cuya máxima ambición era conquistar el espacio y andar por la superficie de la luna.
También le presentaron a administradores y contables y a muchas otras personas cuya contribución al proyecto fue inmensa.
Hombres y mujeres que sentían con orgullo que cumplían una meta y un destino.
Todos ellos tenían una tarea asignada y la describían lo mejor posible.
Entonces, cuando iban por un pasillo, la comitiva pasó al lado de un empleado del departamento de limpieza. Kennedy, como buen político, se paró, le saludó al igual que había hecho con los demás y le preguntó:
– ¿Y qué haces tú aquí en el Cabo?
Parecía una pregunta bastante superflua, el empleado de la limpieza miró fijamente al presidente y con una voz que denotaba un fuerte sentido de orgullo, contestó:
“Señor, estoy haciendo lo mismo que todo el mundo: trabajar para llevar al hombre a la luna. Eso es exactamente lo que estoy haciendo aquí”.
Muchas veces reflexionamos sobre cuáles son los caminos para hacer más eficaz y eficiente la gestión de las organizaciones.
Cada una deberá encontrar su camino, pero no hay duda que conectar a los colaboradores con un propósito común, debería estar entre las cuestiones imprescindibles a considerar.
No todas las organizaciones tendrán propósitos tan elevados como llevar a un hombre a la luna, pero afortunadamente no es necesario.
Lo importante será definir qué impacto significativo buscamos generar en la comunidad y convertirlo en el impulso de las acciones diarias de nuestros colaboradores.
Referencia bibliográfica
Roger Connors y Tom Smith – 2016-Cambie la cultura, cambie el juego
Primer Barómetro del Propósito Empresarial en España- 2021- APD y Transcendent,
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